En el trascoro de la catedral de Palencia existe un importante retablo fechado alrededor de 1504 dedicado a la Virgen María, obra de Jan Joest van Kalkar (1450/60-1519), un pintor poco conocido en el conjunto de los grandes pintores de la tercera generación de primitivos flamencos, del que esta es seguramente la única obra conservada en la Península Ibérica, si bien se considera como una de las más importantes.
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