En la catedral de Tudela se conserva una tabla (70 x 76 cms) que representa la escena del Juicio Final, realizada en la primera en la primera mitad del siglo XVI por un imitador de El Bosco, por utilizar una referencia conocida, porque sin duda alguna este anónimo pintor, dotado de mucho menos arte e ingenio que aquel gran mestro, consigue unos resultados nada espectaculares, si bien la composición es correcta y en líneas generales no trabaja mal. Se ha pensado incluso en la posibilidad de que el autor pudiera ser un pintor aragonés, conocedor de pinturas o grabados que de algún modo transmitiesen el espíritu de los trabajos de El Bosco.
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