lunes, 2 de diciembre de 2013

Tríptico del Descendimiento, de Dirk Bouts, en Valencia

El tríptico del Descendimiento (55 x 132 cm) atribuído al pintor Dirk Bouts y conservado en el Museo del Patriarca de Valencia es una de esas obras de la pintura flamenca del siglo XV que, por el simple hecho de no formar parte de las colecciones de algun museo de primer orden, es una perfecta desconocida por el gran público, a pesar de su enorme calidad.

Nadie, por tanto, se atreve a declarar que se trate de una obra autógrafa de Dirk Bouts, uno de los grandes maestros flamencos de la segunda mitad del siglo XV, y repetición, o modelo, que todo ello es posible, del gran tríptico (190 x 280 cm) del mismo tema conservado en la Capilla Real de Granada, de quien en cambio nadie duda que ése fuera su autor.

Una comparación similar podría hacerse con los dos trípticos de la Adoración de los Reyes Magos, de Hans Memling, uno de gran formato (Museo del Prado) y otro pequeño (Iglesia de San Juan de Brujas), que por el mero hecho de ser mucho más conocidos, no generan dudas, o no demasiadas, a los críticos, para considerarlos de una misma mano.

Esto solo viene a indicarnos que es mucho aún el camino a recorrer, y que el tríptico de Valencia, tras una limpieza superficial necesaria, y unos adecuados estudios, a la vez que una completa puesta en relación con el tríptico granadino, arroje luz a las sombras que en este momento lo mantienen relegado a un segundo plano.

Este tríptico figura al parecer desde el siglo XVII entre los fondos del Museo del Patriarca de Valencia, y solamente comenzó a tener un cierto relieve a partir de finales del siglo XIX, cuando participó en algunas exposiciones de arte, llegando incluso a ser considerado obra de Rogier van der Weyden, pero sin convencimiento alguno, por el mero hecho de contar con esos arcos que enmarcan cada una de las escenas, tal como también hacía Weyden.

Hasta no hace muchos años ni tan siquiera fue citado en muchos de los estudios dedicados de Bouts y solo en las últimas publicaciones se le concede una cierta distinción, pero siempre como obra derivada del tríptico de Granada, y no de la mano de este autor sino como obra de taller, o de algun imitador.





















1 comentario:

  1. Hay que tener cuidado con las repeticiones de obras, especialmente en el altamente cualificado e "industrializado" mundo de los talleres de pintura en flandes. La obra tiene muy buena pinta (no la he visto cara a cara) y puede ser que como tu dices se trate de un caso de desconocimiento por parte de los autores de los catálogos (especialmente si no nombran si quiera la existencia de una buena copia en Valencia) pero puede ser también que le falten cualidades (cosa que no aprecio). Yo particularmente no soy capaz de diferenciar entre una copia buen de una obra y un original, y realmente me encantaría que alguien me lo explicase sin recurrir a un lenguaje abstracto, en base a características de la técnica (por ejemplo en el catálogo de Patinir se explica en algún momento las diferencias de calidad entre taller y maestro en obras como el descanso en la huida a Egipto del Prado y las versiones de taller). Por ejemplo, en el caso de la piedad con donantes de Weyden del Prado, ya desde hace un tiempo se considera copia del original que se halla en Bruselas en casi todos los catálogos de la obra del flamenco, aunque en el Prado lo mantienen como Weyden. También se consideran copias o taller la misma obra de un museo alemán y la de la NG de Londres que siempre se consideraron originales. Creo que hay que ser cautos y pensar que los expertos tendrán sus motivos, aunque haces bien en dudar pues en ocasiones opiniones mantenidas a lo largo del tiempo, se cambian durante unas décadas para volver a la postura inicial tras un tiempo. Gracias por continuar con tu labor de difusión.

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